miércoles, 23 de enero de 2008


Aquella noche llovia,y parado en el arcén,un camionero decía; "mare mía ayudame",que yebava en el cristal,a una virgen le rezaba con las manos engrasás que en el asfalto le esperaba una goma rebentá.
En su duro caminar,le ayudamos a seguir,llegando a considerar que aveces tanto sufrir no está pagao por ná.
A las claritas del día le esperan para descargar,es temprano todavía,nos tenemos que parar.
" mis niños como estarán,uno se quedó el otro día con la frente destemplá,me dijo:quedate ala lado mio,"y no me pude quedar, no me paro de acordar de cuando nació,yo tenía turno de madrugá,y en la cama del camión yo me hartaba de llorar.
Por culpa de la bebía la carretera es mortal,donde me juego la vida,yo me la tengo que buscar; prohibido adelantar,un stop,un ceda el paso,una curva mu cerrá,por culpa de un mal paso una vida que se va...
Y te tienes que montar camionero a tu carril,aveces sin descansar,carga y descarga que hay que volver a cargar.
Atento a la carretera,compañero sin igual,tu luz y tu mano izquierda para ayudar a los demas...al paro de un café,mano firme en el volante,una venta pa comer,entre cambios de rasante media vida se te fue.
Cuando vuelves a tu hogar,ellos se te abrazan fuerte a ti,pero notas que estas con tu camión tan feliz que no locambias por na
e.c.r A.P.A

3 comentarios:

Jonás Bernabéu dijo...

Realísimo. Muchos camioneros, por desgracia, no pueden descansar porque sino no tienen para dar de comer a sus hijos. La vida es así de dura, y más duro debe ser trabajar cuando nace tu hijo.

Te quiero mi niña. Sigue así.

Anónimo dijo...

Como dice el poeta es cierto la vida de camionero es muy dura y muchos de ellos se quedan en la carretera por culpa de algunos conductores imprudentes. Un beso de mi parte y otro de la mama para su churumbela

Anónimo dijo...

Yo recuerdo haber encontrado a mi humano en un cacharro de esos. Me gustaba el sonido del motor y protestaba si lo apagaban. Era muy pequeña. Solo veía manchas y ese humano me acomodó en su cabina (MI cabina) y me pidió ser mi humano. A pesar de lo feo que era acepté. A fin de cuentas, en ese momento solo era una mancha. Esperaba que con el tiempo mejorase. Empeoró. El sigue subido a su cacharro y yo le espero con la casa hecha. Nunca llega a la misma hora y a veces (muchas veces) se va de noche y vuelve de noche. Pero nunca se olvida de cogerme y darme un ruido. ¡Faltaría mas!. Al final le terminaré queriendo. Rrrrr.....

Gracias de parte de mi humano.

Lametazos.